Reina de Cenizas
ALERTA SPOILER
Como si de una tragedia shakesperiana se tratase 'Juego de Tronos' consume uno a uno a todos sus personajes hasta sumergirlos en la nada. Está bien.
El episodio 5º de la temporada 8ª ha dejado a los seguidores de la serie un sabor agridulce, los amantes de los finales felices y las lecturas maniqueas que el espectáculo nos ofrece no se lo perdonan. Pero está bien, reitero. Durante la serie, todos los personajes que - de alguna forma - han perseguido el poder han sucumbido a la tentación de realizar actos terribles. La lista es amplia: Cercei Lannister, Stannis Baratheon, Theon Greyjoy... ¿Por qué iba a ser Daenerys Targaryen diferente?
Es de agradecer que la serie basada en los libros de R. R. Martin se aleje de las lecturas fáciles y retrate 'el poder' - el poder sobre los otros - como algo terrible. Una pasión que más allá de discursos emancipadores tipo "rompedora de cadenas", conlleva consecuencias dramáticas cuando la persona -o el grupo - que desea el poder lo convierte en la meta en sí, y no en un medio para el buen gobierno de las sociedades.
Es pues el quinto episodio de esta sesión de GOT coherente con el espíritu que palpita en el interior de la lucha por el Trono de Hierro. No podía haber un destino mejor para Daenerys, un final feliz para ella sólo podría ser deseado por aquellos que no aceptan las sombras de la naturaleza humana, y por tanto tendría una menor fuerza dramática. ¿Imaginan a Macbeth sorteando la locura y renunciando al trono de Escocia? Imposible. Era el destino de un dragón quemar ciudades y era el destino de su amazona devenir tirana.
King's Landing ha sido reducida a cenizas porque las pasiones que la pugna por el poder habían acumulado sólo podían terminar destruyendo el objeto de deseo. ¿Qué toca ahora? La Reina de Cenizas debe morir, pero quizás sería mejor que muriesen todos. A fin de cuentas, ¿quién necesita un rey?
Como si de una tragedia shakesperiana se tratase 'Juego de Tronos' consume uno a uno a todos sus personajes hasta sumergirlos en la nada. Está bien.
El episodio 5º de la temporada 8ª ha dejado a los seguidores de la serie un sabor agridulce, los amantes de los finales felices y las lecturas maniqueas que el espectáculo nos ofrece no se lo perdonan. Pero está bien, reitero. Durante la serie, todos los personajes que - de alguna forma - han perseguido el poder han sucumbido a la tentación de realizar actos terribles. La lista es amplia: Cercei Lannister, Stannis Baratheon, Theon Greyjoy... ¿Por qué iba a ser Daenerys Targaryen diferente?
Es de agradecer que la serie basada en los libros de R. R. Martin se aleje de las lecturas fáciles y retrate 'el poder' - el poder sobre los otros - como algo terrible. Una pasión que más allá de discursos emancipadores tipo "rompedora de cadenas", conlleva consecuencias dramáticas cuando la persona -o el grupo - que desea el poder lo convierte en la meta en sí, y no en un medio para el buen gobierno de las sociedades.
Es pues el quinto episodio de esta sesión de GOT coherente con el espíritu que palpita en el interior de la lucha por el Trono de Hierro. No podía haber un destino mejor para Daenerys, un final feliz para ella sólo podría ser deseado por aquellos que no aceptan las sombras de la naturaleza humana, y por tanto tendría una menor fuerza dramática. ¿Imaginan a Macbeth sorteando la locura y renunciando al trono de Escocia? Imposible. Era el destino de un dragón quemar ciudades y era el destino de su amazona devenir tirana.
King's Landing ha sido reducida a cenizas porque las pasiones que la pugna por el poder habían acumulado sólo podían terminar destruyendo el objeto de deseo. ¿Qué toca ahora? La Reina de Cenizas debe morir, pero quizás sería mejor que muriesen todos. A fin de cuentas, ¿quién necesita un rey?
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